La orina turbia puede ser resultado de diversas condiciones médicas, que varían en gravedad desde problemas menores hasta situaciones más serias. Estos problemas pueden abarcar desde la deshidratación hasta infecciones del tracto urinario, enfermedades de transmisión sexual, cálculos renales, diabetes y otros trastornos.
En ocasiones, la orina turbia refleja un incremento en la presencia de proteínas, cristales, sangre, pus u otras sustancias químicas en la orina. Los profesionales médicos utilizan diferentes términos para describir este tipo de orina turbia, tales como «orina blanca lechosa,» «orina espumosa,» «orina turbia,» o «albinuria.»
La deshidratación es un riesgo particularmente significativo para los jóvenes y las personas mayores. También puede ocurrir en situaciones de clima cálido, durante el ejercicio intenso, tras episodios de vómito, diarrea o fiebre. Además de la orina turbia, los síntomas de la deshidratación pueden incluir:
- Orina de color oscuro.
- Menos frecuencia de micción.
- Fatiga.
- Sensación persistente de sed.
- Confusión.
- Mareos o aturdimiento.
Si experimentas diarrea, desorientación, vómito, o heces con sangre o negras, es importante buscar atención médica inmediata debido a la deshidratación. Para la deshidratación leve a moderada, el tratamiento generalmente implica aumentar la ingesta de líquidos, como agua. Sin embargo, en casos graves, puede ser necesario recibir líquidos por vía intravenosa (IV) en un entorno médico, además de la rehidratación oral.
Las infecciones del tracto urinario (ITU) pueden provocar un aumento en la presencia de sangre o pus en la orina, lo que puede dar lugar a su turbidez. Estas infecciones pueden afectar tanto a hombres como a mujeres y ocurren cuando las bacterias ingresan en la orina y se desplazan hacia la vejiga. Las mujeres tienen un mayor riesgo de padecer ITU. Además de la orina turbia, los síntomas comunes de una ITU incluyen:
- Dolor pélvico.
- Necesidad constante de orinar.
- Ardor al orinar.
- Dificultad para orinar en grandes cantidades.
La mayoría de las ITU se tratan con antibióticos durante varios días, aunque las infecciones más complicadas pueden requerir un tratamiento inicial con antibióticos por vía intravenosa, seguido de varias semanas de antibióticos orales.
Algunas infecciones de transmisión sexual (ITS) pueden desencadenar una respuesta inflamatoria en el cuerpo, que a su vez puede dar lugar a un aumento en el número de glóbulos blancos en la orina, ocasionando su turbidez. Además de la orina turbia, los síntomas de ITS pueden incluir:
- Dolor o frecuencia al orinar.
- Picazón o enrojecimiento en los genitales.
- Secreción anormal del pene o la vagina.
- Lesiones o verrugas genitales.
- Olor vaginal.
- Dolor abdominal.
Es posible que algunas ITS no presenten síntomas evidentes, por lo que es importante hablar con un médico y considerar pruebas si se sospecha una ITS.
La formación de cálculos renales puede resultar en la liberación de una alta concentración de minerales en la orina, lo que puede causar su turbidez. Aunque muchos cálculos renales se eliminan naturalmente, en algunos casos pueden causar dolor intenso y obstruir el flujo de orina. Además de la orina turbia, los síntomas de los cálculos renales pueden comprender:
- Dolor en la parte posterior o lateral.
- Fiebre y escalofríos.
- Vómitos.
- Presencia de sangre en la orina.
- Mal olor en la orina.
- Ardor al orinar.
Para los cálculos renales que no se eliminan por sí mismos, existen varias opciones de tratamiento, como la litotricia extracorpórea por ondas de choque o incluso cirugía, según la situación.
Las personas con diabetes pueden experimentar orina turbia debido a diversas razones. Los riñones pueden verse afectados al tener que procesar el exceso de azúcar en la sangre, lo que puede llevar a la deshidratación y a la turbidez de la orina. Además de la orina turbia, los síntomas típicos de la diabetes pueden incluir:
- Micción frecuente.
- Sed y hambre frecuentes.
- Fatiga.
- Visión borrosa.
- Hormigueo o entumecimiento en manos y pies.
Aproximadamente una de cada cuatro personas con diabetes experimentará enfermedad renal, por lo que es fundamental que los pacientes diabéticos se sometan a análisis de orina periódicos para detectar la presencia de albúmina, una proteína que puede indicar daño renal.
Las afecciones relacionadas con la próstata, como la prostatitis, pueden provocar la liberación de glóbulos blancos, pus o secreciones en la orina, lo que puede causar turbidez. Otros signos de problemas de próstata pueden comprender:
- Necesidad frecuente de orinar o dolor al orinar.
- Sangre en la orina.
- Ardor al orinar.
- Dolor en la espalda, caderas o área pélvica.
- Eyaculación dolorosa.
Si experimentas alguno de estos síntomas, es importante consultar a un médico para realizar un examen de próstata y analizar muestras de orina y sangre.
La vaginitis, una infección de la vagina causada por hongos, tricomoniasis o vaginosis bacteriana, también puede dar lugar a orina turbia debido a un aumento en la cantidad de glóbulos blancos u otras secreciones que pueden nublar la orina. Los síntomas adicionales de la vaginitis incluyen:
- Dolor al orinar.
- Sangrado vaginal.
- Irritación vaginal.
- Aumento en el flujo vaginal.
- Cambios en el color y el olor del flujo vaginal.
El tratamiento de la vaginitis depende de su causa y puede incluir la prescripción de medicamentos o cremas específicas.
En relación a la vaginitis, tu médico puede llevar a cabo un examen ginecológico, evaluar la secreción vaginal y realizar una prueba de pH vaginal. Según la causa subyacente de la vaginitis, nuestro médico puede recetarte tratamientos específicos, como medicamentos o cremas.
Por otro lado, tu alimentación también puede influir en la apariencia de la orina. El exceso de consumo de leche, que contiene fosfato de calcio, puede resultar en una orina turbia. Asimismo, la ingesta elevada de alimentos ricos en fósforo, como carnes y productos lácteos, o la toma excesiva de vitamina D, también pueden ocasionar que la orina se vuelva opaca.